24.10.06

Bukowski trio? Menuda banda

Este fin de semana fue para los hermanos otro de esos de locura grave, de no-drogas, no-sexo pero sí mucho rock and roll. Con qué poco nos conformamos, ahora que lo pienso. ¿Seremos simplones? ¿Tendremos problemas neuronales con tres actividades a un tiempo? En fin. El caso es que tuvimos la suerte de conocer, y escuchar a "Bukowski trio?". Bandaza. Frontman que llena el escenario, guitarra sucia y blusera, esas baterías que suenan gravotas y contundentes, bajo imparable y una armónica de esas que exhiben su extraordinario talento. El que pueda, que los siga. Tremenda banda.

18.10.06

Nuevas críticas y más moterías

www.paisajeselectricos.com, la revista para dementes, decadentes y reincidentes, que toca con igual profundidad y buen gusto el cine, que la música, que la literatura, nos regala una crítica que nos ha gustado mucho. La puedes ver en:

http://www.ajaxhispano.com/paisajes/webpaisajes/material/robinestercoleros.htm

Por otra parte TVE no escarmienta y vuelve a utilizar uno de nuestros temas en el spot del gran premio de motociclismo que se correrá en Valencia el 29. Rock y motos, qué otra cosa íbamos a pedir!!

16.10.06

Un sueño cumplido



El 20 de enero a las 21:30 en la Sala Capitol de Santiago de Compostela, cumplimos un sueño de 18 años y teloneamos a la banda de las bandas. BURNING. Hace 15 años mi hermano hablando con Pepe Risi le dijo: "solo me gustaría que mi grupo fuese famoso para algún día compartir escenario con los burning". Pepe se nos ha ido pero nuestro amor por la banda se mantiene. Soñaremos con una mágica noche de rock and roll

6.10.06

Yo solo lo hago en mi moto

A partir del lunes 9 de noviembre, en los spots que emite TVE1 y La2 sobre el mundial de motociclismo podréis escuchar "Tu cuerpo es un museo", uno de nuestros temas más queridos. Rossi, Pedrosa, Bautista y Lorenzo cabalgan sus motores a ritmo de nuestras guitarras.

19.9.06

Llegamos del Azkena y el Mondosonoro nos sorprende con esta crítica


"Diez temas compuestos por los hermanos Armesto (Josemi y Jorge) que beben del rock más canallesco con un ojo puesto en Burning (¡Que grandes eran!) o en el Loco de los primeros años (con Sabino) y otro en el pub-rock más visceral. Además, si a esto le añadimos una cuidadísima presentación que incluye jugosos extras (cinco bonus tracks y un video clip) estamos ante un CD de adquisición obligada.Tequila, rock´n roll a borbotones, corazones hechos trizas y mucha pasión, son algunos de los recursos de un grupo que no aportan nada nuevo pero tampoco lo pretenden. Son de A Estrada y no deberías perderlos de vista".

Nacho de Zaragoza nos escribe. ¡Aupa Nacho!

Hola, mu buenas!!
Soy Nacho de Zaragoza. No se si te acordarás, pero soy uno al cual paraste y regalaste un cd de tu banda en el Azkena de Vitoria porque llevaba una camiseta de los Burning.
Un gesto muy bonito y que me pareció de puta madre, la verdad.
Bueno, a cambio me pediste que te mandara un e-mail comentándote qué me había parecido y tal.
Y, aunque tarde (como casi siempre en mi vida) aquí cumplo con esa promesa.
La verdad es que solo me ha dado tiempo a escucharlo una vez (por ahora) y se que eso no es mucho para poder juzgar nada, pero mi primera impresión es altamente positiva (no es por hacer la pelota, la verdad). Musicalmente es de una calidad muy alta y los textos de las canciones son cojonudos.
Me recuerda muy mucho a un grupo de los 80 de aquí de Zaragoza, que para mi y para miles de personas mas fueron de lo mejorcito que ha dado en muchos años este país en cuento a rock´n roll se refiere: MAS BIRRAS (declarado admirador soy) del desaparecido y muy grande Mauricio Aznar.
Van por ahí los tiros cuando suena el saxofon y en esas letras típicas del rock´n roll llenas de melancolía, amores perdidos y carreteras solitarias.
Me ha sorprendido gratamente y os deseo de corazón que tengais mucha suerte.
Se que es jodido actualmente, pero supongo que lo hareis por amor al arte y si sale algo pues mejor que mejor. Es realmente como hay que ir por la vida:
con humildad, sin creerse nada y sin esperar gran cosa. Solo ´con que uno de vuestros temas sea escuchado en algún lugar por alguien y le levante una sonrisa de admiración (como a mi) ya merece la pena.
Lo demás: la industria, el dinero.... ufff!! Miedo dan!!
Así es que adelante, seguir dándole duro y si algún día venís por esas casualidades de la vida a este duro y viejo Aragón de los demonios (polvo, viento, niebla y sol) sabed que contais con un amigo pa lo que sea menester.
Aupa!!!!

10.9.06

Medallero del Azkena



ORO puro para los New York Dolls. Emocionantes. Excitantes. Tremenda banda.


No esperábamos más allá de lo de siempre pero Iggy estuvo mejor que nunca y se ganó a pulso su PLATA


Y el BRONCE se lo merecieron con un concierto lleno de pasión Supagroup


y Diploma Olímpico para Carlos Pajarraca, Jaime, Javier y Sylvia con los que nos lo pasamos de puta madre

Bus Speaker


2976 PALABRAS. Eso calculé.

Dije en voz alta «voy a la tienda a comprar un grillo que me salve de mis sueños». Fueron catorce en cinco segundos. 2976 en 21 minutos y descuento tres para hacer justicia a sus extraños silencios.

Estaba dormido con la cabeza apoyada en el cristal vibrante y yo me senté con mucho cuidado, pero se despertó y me hizo un hueco en el estrecho asiento trasero. Era el único sitio libre y entonces empezó a hablar. No entendía nada, no sé eslavo.

Me enseñaba las manos y fotocopias apenas visibles de su identificación. Se llamaba Basili. A veces parecía entender vodka, pero no estaba seguro.

Cruzábamos avenidas desiertas, con casones de madera con leñera, ventanas cegadas con tablones, conventos de recuerdos flotantes, como chispitas mecidas por el aire inmóvil en su danza inmóvil tras las celosías de contrachapado.

Y él hablaba, sin parar. Me tocaba la cabeza. Entendí quizá Bielorrusia, otra vez vodka. Nada más. Los demás pasajeros se reían. Yo no me atrevía a mirarle a los ojos pero tampoco podía no mirarle.

Estaba ahí, mostrándome su agenda con las hojas rotas y una pequeña calculadora. Números escritos como por la mano de un niño y atravesamos los almacenes del puerto con sus grúas inmensas, en el atardecer violáceo de los días sin noche, patas de araña de carbón y virutas, mantis religiosas desposadas con cargueros negros de nombre Nord Star.

Cada vez más pasajeros reían. Uno me dijo: «He's the bus speaker» y él seguía enseñándome fotocopias desvaídas a punto de romperse en las líneas de los pliegues, con esos signos extraños donde sólo distinguía cuadrados y haches, sillitas y mesitas de la gran ciudad de los palitos, llevando bandejas y fardos mientras caminan por el renglón.

Cruzamos la vía del tren. No sonó el aviso de sirena, sólo había silencio roto por su voz incansable entre el paisaje de bloques vacíos. Nos miraban los gatos, furtivos, un ejército de ojos amarillos y de aullidos lastimeros que uno imaginaba perderse entre las vastas llanuras, los bosques profundos, la llamada incontestada del llanto de un niño inconsolable. Por fin la furgoneta paró. Le di la mano y descendí.

No sé si siguió hablando. Me había dedicado 2976 palabras, me había acariciado la cabeza, mostrado una vida entera. Y yo sólo le devolví una media sonrisa asustadiza. No había entendido nada.

Desnacer


Mamá trabajó para la Unesco a partir de la derrota del 67. Organizó las escuelas en los campos de refugiados, primero en Jordania, hasta el septiembre negro en el 70 y luego en Líbano. Era como una especie de maga que llegaba a las aulas, bajo las lonas de color verde y con los niños sentados en esterillas, con regalos en forma de ceras de colores, caligrafías árabes y blocs de dibujo. Entretanto yo crecí entre la escuela jesuita de Jerusalén y largas, largas vacaciones en Tierra de Campos. Saltando de un desierto a otro aprendí a ver la vida bullir tanto en esas inmensas ruedas de trigo segado como en los despeñaderos arcillosos de Jericó, hollando la arena de profetas y santones alucinados.

Pero en el 80 se marchó. No aguantaba más. Fue otro septiembre, cuando perdió a sus niños de Sabra y Chatila y todavía pudo recoger de entre los restos quemados y los cúmulos de cadáveres algunos dibujos e intentos de letras infantiles. En uno de ellos aparecía ella, junto al Toyota con las grandes letras de las ONU, cargada de lápices de colores. Guardó todo en una carpeta que nunca abría y volvió a Tierra de Campos a perder su mirada en los oteros cercados de amarillo.

Yo llevaba un anillo con la estrella y la media luna, recuerdo de mi padre, ya muerto, y así conocí a Henné. Estudiaba fiología y miró a mi dedo como hechizada. Ella llevaba un diario lleno de poemas y una sonrisa nunca vencida. Decía que quería aprender a desnacer. Le hablé de mamá y su dibujo y me llevó a su casa donde me amó, sobre la almohada un borrón de un todoterreno blanco y azul y a su alrededor todos los colores del arco iris, pero sobre todo el rojo. Yo sigo escribiendo a mamá y Henné quiere ver esos paisajes de grandes mares de trigo. Ella es libre como un pájaro y vuela a veces en otros brazos, pero dice que sólo en los míos se le escapa una lágrima. Riega mi cuerpo de arena y crea en pequeños lugares oasis donde crecen las palmeras. Tal vez amar sea sólo ofrecer un cauce a las lágrimas de otros.

Un cuentecito: Llegó la espía


Aquella noche sonó la primera alarma. Las defensas eran débiles y algo fallaba en todas las fronteras. Se hundió el flanco sur e interminables mareas de civiles comenzaron a abandonar sus hogares dejando tras de sí un mar de cenizas. Nuestras máquinas de claves no podían descifrar los nuevos códigos. Llenaban nuestros oídos de extraños sonidos hipnóticos y aunque parecía haber algo bello en aquella nueva melodía, todos lo juzgábamos como una amenaza terrible, como el reclamo de un cazador invocando nuestro instinto más escondido: Ella estaba cerca.


Los satélites enloquecieron enviando señales discontinuas y antagónicas, describiendo ricos relieves allí donde nunca había más que un páramo helado. La ciencia y la historia enmudecieron, las leyes físicas ya no explicaban ningún fenómeno y la naturaleza parecía comportarse a su capricho en una compulsión frenética de impulsos imposibles. Los astros se desvanecieron como castillos de arena en la ola espumosa del universo oscuro y nuevas constelaciones tomaron su lugar. Los hombres veían los nuevos soles y vagaban como ejércitos de iluminados harapientos en busca de nuevos profetas. Las tradiciones se resquebrajaron, los valores fueron subvertidos, éramos como los primeros hombres en una tierra misteriosa donde sólo parecía reinar el azar. Ella anunciaba su llegada.


Pronto fue evidente que estábamos ante un nuevo paradigma. Los antiguos dioses se marchitaron en una lenta agonía de incomprensión muda, desgajándose en una miríada de bengalas que sobrepasaban el espectro de colores hasta entonces conocido. Luego se hizo la oscuridad profunda. Cesó la penitencia. La tierra y el mar parecieron fundirse en un nuevo elemento en el que germinaban nuevas vidas y nuevas mentiras. Las estaciones mudaron, los pájaros desaparecieron y la natureleza se sumió en un silencio aterrador que proclamaba su venida. Miré hacia arriba y desconocidas galaxias luminosas abrieron las puertas a su reino. Era el primer día de todos los días. Tribus extintas levantaron sus cantos a los nuevos astros y a los nuevos enigmas y prodigios. Y yo supe esa noche, como la única certeza en un mundo que ya no tenía certezas, que sólo existía una nueva ley. Una nueva ley que se me reveló como un conocimiento profundo y primigenio, anclado en lo más hondo del espacio y del tiempo: no hay nada escrito. La espía había llegado.