10.11.12

LOS BÚHOS



LOS BÚHOS



Saciados
de noche
los búhos
cerraron
los ojos
queriendo
soñar.

No ver más
los astros,
estrellas
fugaces,
las luces
secretas,
la niebla
que nace
la luna
brillar.

No ver más
ratones
temblando.
Serpientes
que acechan:
ligeros
crujidos,
las ramas
se agitan.
La vida
del suelo
se va.

Millones
de ruidos
extraños
que turban.
Los llantos
de niños
insomnes.
Terrores
nocturnos,
los pasos
del crimen:
la muerte
llegar.

Y flotan
sonidos
sin forma:
los perros
que aúllan,
sirenas
lejanas
que avanzan
desastres,
susurros
sin dueño.
Enfermos
se rinden
al soplo
final.

Campanas
que tocan
a duelo.
Muchachas
que traman
suicidios.
Las tumbas
abiertas
las cubre
el rocío.
Los hombres
que cavan
descansan.
Ya basta
de muerte,
mañana
habrá más.

No habitar
las ruinas.
No solo
ver sombras.
Morirse
atrapados
en pozos
cegados.
La calma,
el reposo,
no llegan
jamás.

Esquivar
pedradas.
Huyendo
y huyendo.
Espejos
de espantos,
culpables
por siempre
de augurios
funestos.
Ser signos
del mal.

Los búhos
ansiaron
un mundo
distinto.
Colores,
texturas,
las luces
del día,
la tierra
tan nueva
y caliente,
las nubes
pasar.

Fascina
el milagro
diario:
los niños,
los juegos,
la gente
que late,
los tonos
del aire,
la vida
brotar.

Rendidos
de abrir
su enorme
pupila
exhausta
de noche,
los búhos
rogaron
que cese
el tormento
y cubrirla
sin más.

Cansados
de ser
los mudos
testigos
del miedo,
los búhos
cerraron
sus ojos
buscando
la paz.




1 comentario:

Gigi Esteta Hardcoreta dijo...

es mu weno, chao!